Nada más entrar en la sala, Luisito se tuvo que tomar una tónica, la verdad es que él y yo nos pusimos tibios con el Menú de la venta de carretera en la que comimos, y claro esa caló en esa furgoneta sin aire acondicionado con olor a gasoil numero 5 y ese sofocón perdidos por la M-30, no le debieron de sentar muy bien, chikillo, amo a ve ponte bueno hombre que tenemos que probar y tocar dentro de na, y veremos a ver como sale la batería…como estaba claro que aunque el viaje había estado cargado de problemas aun nuestro ángel no nos había abandonado, la tónica obró milagros y en media hora el Luis ya estaba como nuevo, ala pos na, ya estamos listos pa triunfar. El concierto estuvo bien, y tocamos los primeros, luego tocarían unos paisanos de Chiclana de la Frontera llamados Raíces y Puntas, de los cuales solo tuve el privilegio de oír las últimas canciones, no por decisión personal, sino mas bien, porque nada mas bajarme del escenario, la misma fatiguita con el pollo al curri que le había entrado a Luis momentos antes de tocar, me entro a mi cuando aun estaba cantando encima de la tabla, así que nada más bajarme del escenario me dirigí lo mas rápidamente posible que pude hacia el exterior, y llegué justito a la puerta, aire fresco, así que mientras el público me estaba felicitando yo andaba corriendo en dirección a la puerta de la calle como alma que lleva el diablo, maldito pollo al curri…
Finalmente conseguí reponer fuerzas y pude ver algo del concierto de Raices y Puntas y echarme incluso unos bailes. A las 5 de la mañana a dormir a casa de Marisa y Martin, esos amigos incondicionales, y estábamos tan derrotaos que dejamos la furgo cargada con los instrumentos… en Madrid, pero tal y como se habían portado los duendes sabíamos que por la mañana seguirían allí, y así fue. Cafetito para desayunar y de vuelta para Alicante, que palizaaaaa….pero con que gusto.
